(Antología)
Nicasio Urbina y Pedro Enríquez (Editores)
AYUNTAMIENTO DE GRANADA, ESPAÑA
ACADEMIA NICARAGUENSE DE LA LENGUA
FESTIVAL DE POESIA DE GRANADA, NICARAGUA
Granada, España
Federico
García Lorca
Elena
Martín Vivaldi
Luís
Rosales
Juan
Gutiérrez Padial
José Carlos Gallardo
Pablo
Luis Ávila
Rafael
Guillén
Rosaura
Álvarez
Esperanza
Clavera
Carmelo
Sánchez Muros
Enrique
Morón
Antonio
Carvajal
Juan J.
León
Juan de
Loxa
José
Heredia Maya
Álvaro
Salvador
Javier
Egea
Ángeles
Mora
Juan Carlos Rosales
Antonio
Enrique
Miguel
Ávila
Antonio
Jiménez Millán
José
Lupiáñez
José
Gutiérrez
Pedro
Enríquez
Fernando
de Villena
Luís
García Montero
Francisco Acuyo
Granada, Nicaragua
José Coronel Urtecho
Manolo Cuadra
Pablo Antonio Cuadra
Joaquín Pasos
José Cuadra Vega
Enrique Fernández Morales
Francisco Pérez Estrada
Ernesto Mejía Sánchez
Ernesto Cardenal
Carlos Martínez Rivas
Fernando Silva
Ernesto Gutiérrez
Eduardo Zepeda-Henríquez
Raúl Xavier García
Nicolás Navas
Francisco Arellano Oviedo
Pablo Centeno Gómez
Francisco de Asís Fernández
Jorge Eduardo Arellano
Guillermo Menocal
Michele Najlis
Humberto Avilés
Alejandro Bravo
Isolda Hurtado
Fernando Antonio Silva
Alvaro Rivas
Fernando López
Nicasio Urbina
Emilio Zambrana
Introducción
Como
en toda selección, se podrá decir que esta Antología no es completa. Es cierto.
Sería imposible incluir a todos los poetas granadinos españoles cuya historia
poética se remonta a los poetas mozárabes, y por otro lado sería absurdo
compararla con un siglo de poesía de Granada, Nicaragua. Como toda antología la
presente pretende ser una muestra representativa de los poetas de las dos
Granadas, poetas nacidos en las ciudades o poetas que han adoptado esa ciudad
como suya. El principal criterio de escoger los poemas ha sido que de una forma
u otra rindan homenaje a estas dos ciudades, delimitando, en la Granada
andaluza, la inclusión de los poetas desde Federico García Lorca (1898) hasta
los nacidos con anterioridad al año 1960, por motivos de equilibrio entre el
número de nombres de las dos Granadas y número de páginas de la presente
antología que, tal vez en nuevas ediciones, pueda verse incrementada con poetas
que merecerían igualmente encontrarse entre sus páginas. Como en un juicio se
denomina fallo al veredicto, está demás decir que la selección de poetas y de
poemas reunidos representa el gusto de los antólogos y que sólo nosotros somos
responsables por sus omisiones y sus defectos, aunque en el transcurso de la
elaboración del contenido de este trabajo han surgido curiosas anécdotas. Una
de ellas es la relatada por el poeta Juan de Loxa, refiriendo que esta
antología ya se había pensado en el año 1972, en París, por los poetas
nicaragüenses Pablo Centeno e Iván Uriarte, y por él mismo desde la Granada
española, siendo el destructivo terremoto de ese mismo año sufrido por
Nicaragua quien detuvo aquella idea para trocarse en búsqueda de ayuda
humanitaria. Han transcurrido 42 años para que sea una realidad tangible,
haciendo constancia del ingente trabajo que ha supuesto reunir biografías y
poemas de 55 poetas.
Entrando
brevemente en el contenido de esta Antología, comienza con Federico
García Lorca, el poeta mayor de Granada, y como debía de ser, con su romance de
las tres manolas titulado “Granada”, canción de enorme belleza y misterio
poético cuya significación final continúa siendo una interrogación: ¿quién es
la cuarta manola de “las tres y la cuatro solas”? Lorca nos describe a estas
bellas mujeres pero al mismo tiempo nos acosa con preguntas, nos incita y nos
intriga. La poesía, que es misterio y es revelación, se nos presenta aquí con todos
sus atributos, su belleza y su interrogación. De El diván de Tamarit
incluimos “Gacela de la huida” cuya reflexión sobre la muerte se cuenta entre
las más hermosas que nos ha dado la poesía. La sección de poeta nicaragüenses
empieza con José Coronel Urtecho, maestro de la generación de Vanguardia y
poeta de refinada elección. Empezamos con otro misterio poético, el “Parque No.
10”, donde el cadáver de Narciso nos espera frente a los espejos y donde nos
interroga la vanidad y la belleza. ¿Qué somos detrás de este cuerpo que se cree
bello y que se viste con corbatas de fantasía? Dos poetas mayores, cada uno
desde su Granada, interrogando la tradición literaria y la vida. Hemos incluido
“Torre de la Merced” esa “torre inalámbrica de golondrinas” por su valor
literario, por cuestionar al lenguaje y a la poesía. Y teníamos que incluir
“Hipótesis de tu cuerpo” por ser acaso uno de los mejores poemas de Coronel
Urtecho.
Pero
si tuviéramos que escoger un punto de contacto entre estos dos grupos de poetas
granadinos pensamos que sería Luis Rosales, poeta central de la tradición
literaria española, y poeta que tuvo también
amistad profunda con los poetas nicaragüenses, especialmente con Pablo
Antonio Cuadra y con Fernando Silva. En su poema “Nadie sabe hasta dónde puede
llevarle la obediencia” leemos aquel verso inicial “Me gustan recordar que he
nacido en Granada”. Poema homenaje a una ciudad que lo vio crecer, que lo vio
formarse literariamente y que lo vio sufrir el dolor y la humillación. Similar
es la admiración de Pablo Antonio Cuadra por Granada en su hermosísimo poema
“Soneto a Granada” donde el poeta, de la mano de Quevedo, busca su recuerdo y
solo encuentra desolación y dolor. Luis Rosales y Pablo Antonio Cuadra son los
dos poetas centrales de esta Antología,
son como la columna vertebral que hermana y sostiene este corpus, y el
poema de ese encuentro es sin duda “A Luis Rosales”, donde Pablo Antonio lee a
Rosales mientras reflexiona sobre el “cañón roído por el sarro” y la materia de
la escritura. Creo que no hay diálogo más fructífero que el de estos dos poetas
grandes en su arte y en su generosidad. Fernando Silva es el otro poeta que
hace también honor a Luis Rosales en su “Dibujo a lápiz de Luis Rosales”, poema
en el que rescata la visita del poeta a Nicaragua en una evocación memoriosa y
creativa del poeta español. Podemos entonces tomar a Luis Rosales como el eje
central de esa conexión entre las dos Granadas a partir de las cuales se da una
polinización, una fertilización poética que continúa hoy en día y que esperamos
que esta Antología avive.
No
vamos a justificar cada una de las selecciones, quede esta breve reflexión como
ejemplo del trabajo que nos ha llevado a los resultados que ahora presentamos.
Nicasio Urbina y Pedro Enríquez
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