Wednesday, March 4, 2009

Viajemas

Prólogo

Después de trece años de haber publicado Sintaxis de un signo, entrego ahora este volumen de poemas bajo el neologismo Viajemas. Este libro no tiene la unidad del anterior. En rigor se trata de tres libros en uno. "Viajemas" son poemas de viajes, inspirados en las calles y los paisajes de lugares remotos, en gente que he conocido, en espacios que me han enseñado a pensar y a sentir. "Juegos vitales" son poemas de corte existencial, de composición variada, y estéticas diversas. "Consejos de un poeta" son poemas que he escrito para mí mismo, para enseñarme algunas lecciones importantes en mi vida, y que de alguna manera me han parecido publicables. Las tres secciones de este libro, o los tres libros, seguirán creciendo con los años. No los considero una obra terminada, -ni abandonada-, como pasa a todo poeta cuando publica alguna página. De manera similar a Leaves of Grass the Walt Whitman, seguirá creciendo en futuras ediciones. Espero que sea para bien.

Cincinnati, diciembre 2008.

El viajero

El viajero se sitúa en su mirada,
observa con sentida intensidad,
intenta percibir el total de la impresión,
imagina la significación
y cree comprender la perspectiva.
Mas no sabe que no entiende ni la punta del zapato,
y todo lo que mira es pavimento:
Ahí está París con su torre inolvidable,
ahí está Roma encantada en su colina,
ahí La Habana y Bogotá,
Buenos Aires y Managua,
y en todos los páramos que pisa
encuentra una historia singular.
Mirar es ver las cosas continentes,
admirar es entrar en su sustancia,
y vivir cada espacio con el cuerpo
es viajar por el mundo del poema.
El texto que traduce el escenario
complementa la visión del horizonte,
y en el centro de la calle que miramos
ve la nota de la música y sentimos.

Miami, diciembre 1998

Tiempo irrefutable

Caminando por las calles de Nueva Orleáns,
Nueva York o San Francisco,
mirando con asombro las populosas avenidas,
las esquinas,
las vitrinas que me devuelven mi perpleja sombra
y las tonadas que rompen la distancia de los días.
Observando este universo vario
me pregunto con el pecho compungido,
porque sé que he de abandonar complejo
lo que tanto amo y ya casi extraño.
Cómo decidir lo que la vida implora
si nada se presenta franco,
si todo rompe con la simple perspectiva
de una calle que se extiende
y una pared que corta.
Presentar en el devenir del tiempo
una forma que cumpla con la vida,
y ver como se interpone el ojo
de la tersa pasión y el espantoso olvido.
¿A quién romper con la fuerza honda
de esta desgarrada pantomima,
y hacer lo que mandan los principios
y olvidar lo que impone el corazón?
Lo más triste de este abandono sordo
es que nunca llegará la primavera,
que seremos hechos que se suman a la historia,
carne de otras fiestas, malestar del verbo,
y jamás volveremos la mirada
para indagar la plenitud del tiempo,
¿qué pasó en aquella esquina?
¿con quién se perdió el viento?

San Francisco, abril 1990

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